Prólogo
Toda lectura implica una colaboración y casi una complicidad. En el Fausto, debemos admitir que un gaucho pueda seguir el argumento de un ópera cantada en un idioma que no conoce; en el Martín Fierro, un vaivén de bravatas y de quejumbres, justificadas por el propósito político de la obra, pero del todo ajenas a la índoles sufrida de los paisanos y a los precavidos modales del payador.
En el modesto caso de mis milongas, el lector debe suplir la música ausente por la imagen de un hombre que canturrea, en el umbral de su zaguán o en un almacén, acompañándose de una guitarra. La mano se demora en las cuerdas y las palabras cuentan menos que los acordes.
He querido eludir la sensiblería del inconsolable "tango-canción" y el manejo sistemático del lunfardo, que infunde un aire artificioso a las sencillas coplas.
Que yo sepa, ninguna otra aclaración requieren estos versos.. J.L.B.
Milonga de Jacinto Chiclana
Me acuerdo. Fue en Balvanera,
en una noche lejana,
que alguien dejó caer el nombre
de un tal Jacinto Chiclana.
Algo se dijo también
de una esquina y un cuchillo;
los años nos dejan ver
el entrevero y el brillo.
de una esquina y un cuchillo;
los años nos dejan ver
el entrevero y el brillo.
Quién sabe por que razón,
me anda buscando ese nombre;
me gustaría saber
cómo habrá sido aquel hombre.
me anda buscando ese nombre;
me gustaría saber
cómo habrá sido aquel hombre.
Alto lo veo y cabal,
con el alma comedida;
capaz de no alzar la voz
y de jugarse la vida.
con el alma comedida;
capaz de no alzar la voz
y de jugarse la vida.
Nadie con paso más firme
habrá pisado la tierra;
nadie habrá habido como él
en el amor y en la guerra.
habrá pisado la tierra;
nadie habrá habido como él
en el amor y en la guerra.
Sobre la huerta y el patio
las torres de Balvanera,
y aquella muerte casual
en una esquina cualquiera.
las torres de Balvanera,
y aquella muerte casual
en una esquina cualquiera.
No veo los rasgos. Veo,
bajo el farol amarillo,
el choque de hombres o sombras
y esa víbora, el cuchillo.
bajo el farol amarillo,
el choque de hombres o sombras
y esa víbora, el cuchillo.
Acaso en aquel momento
en que le entraba la herida,
pensó que a un varón le cuadra
no demorar la partida.
en que le entraba la herida,
pensó que a un varón le cuadra
no demorar la partida.
Sólo Dios puede saber
la laya fiel de aquel hombre;
señores, yo estoy cantando
lo que se cifra en el nombre.
la laya fiel de aquel hombre;
señores, yo estoy cantando
lo que se cifra en el nombre.
Entre las cosas hay una
de la que no se arrepiente
nadie en la tierra. Esa cosa
es haber sido valiente.
de la que no se arrepiente
nadie en la tierra. Esa cosa
es haber sido valiente.
Milonga interpretada por Edmundo Rivero
http://www.youtube.com/watch?v=fTdztdLpJlk
Milonga de Jacinto Chiclana en la voz de Borges
http://www.youtube.com/watch?v=anRHtHDPB7k