La historia del tango tiene sus cimientos en los inmigrantes que llegaban a Buenos Aires a finales del siglo XIX, buscando un mejor destino que no encontraban, alejados de sus familias, solos, sin mujeres. En este marco de melancolía, surge un ritmo, producto de la mezcla de sentires.
A fines del siglo XIX, nace la Historia del Tango en Buenos Aires. Época de inmigrantes, que se agrupaban en los conventillos de los alrededores del puerto. Entre esta población extranjera estaban los judíos, venidos de Europa Oriental. Eran los tiempos de La Varsovia (Zwi Migdal), la mayor organización del crimen en el Río de la Plata.
El Tango surge de los inmigrantes desconformes con la economía que encontraron a su llegada. Es el producto de la gente humilde sin cultura musical de ninguna clase, que improvisan sus canciones con la guitarra, contando sus historias de vida. Sin embargo, de Polonia, Rusia o Rumania, llegaban violinistas judíos, los que ingresaban naturalmente al ambiente tanguero.
En Buenos Aires había barrios judíos como Balvanera, Abasto, Villa Crespo, Paternal, y se convirtieron en los barrios del Tango por excelencia.
A fines del siglo XIX, nace la Historia del Tango en Buenos Aires. Época de inmigrantes, que se agrupaban en los conventillos de los alrededores del puerto. Entre esta población extranjera estaban los judíos, venidos de Europa Oriental. Eran los tiempos de La Varsovia (Zwi Migdal), la mayor organización del crimen en el Río de la Plata.
El Tango surge de los inmigrantes desconformes con la economía que encontraron a su llegada. Es el producto de la gente humilde sin cultura musical de ninguna clase, que improvisan sus canciones con la guitarra, contando sus historias de vida. Sin embargo, de Polonia, Rusia o Rumania, llegaban violinistas judíos, los que ingresaban naturalmente al ambiente tanguero.
En Buenos Aires había barrios judíos como Balvanera, Abasto, Villa Crespo, Paternal, y se convirtieron en los barrios del Tango por excelencia.
El aporte judío a la historia del tango:
En el ambiente tanguero, el antisemitismo era menor que el que observaba la sociedad en general. No obstante, fueron muy pocos los judíos que llegaron a ser primera figura en la historia del tango, pero lo general era que se mantuvieran anónimos como músicos de fondo.
El tango amenazaba disolver la identidad judía, lo que representaba un obstáculo para el relacionamiento que estos inmigrantes tenían con el tango. El uso de seudónimos contribuyó a ocultar la condición judía en los tangueros, lo cual hacía que fueran mejor recibidos.
Algunos autores escribieron tangos antisemitas, pero no tuvieron éxito. Otros, que escribían obras teatrales de corte decididamente antisemitas, no trasladaron sus prejuicios a las letras de tango. El aporte judío dio impulso empresarial al tango, pero no lo hizo con el aspecto artístico
Fue en los prostíbulos donde los músicos judíos se encuentran por primera vez con el tango, al cual hacen aportes en cuanto a lo musical, pero sin ocupar posiciones notorias o de gran renombre. EL TANGO JUDIO
La mayoría conservó sus nombres y costumbres, pero algunos en cambio, los menos, utilizaron seudónimos que disimulaban su origen.
Del libro "El Tango" Una historia con judíos, de José Judkovski.
Tocáme un tango en idish
Que sea jasidico
O... De la contra
Que la Bobe lo entienda
Y lo pueda bailar.
Toca musiquero
Con sentimiento judío.
Toca el tango, tocalo
Con alma y fervor.
Tocáme un tango de sobrevivientes
Del Pueblo disperso.
Que niños y adultos
Entiendan.
Que sea jasidico
O... De la contra
Que la Bobe lo entienda
Y lo pueda bailar.
Toca musiquero
Con sentimiento judío.
Toca el tango, tocalo
Con alma y fervor.
Tocáme un tango de sobrevivientes
Del Pueblo disperso.
Que niños y adultos
Entiendan.
Nota de: El zorzal criollo.com