Gardel amaba la ópera y solía concurrir de adolescente al Teatro de la Opera (construido en 1872) y al Politeama Argentino (1879) y, por supuesto, luego de la inauguración del actual Teatro Colón (1908) era asiduo concurrente cuando sus actividades y continuos viajes en Argentina y el extranjero se lo permitían.
El Politeama Argentino estaba ubicado en Corrientes 1490 y hay investigadores que opinan que trabajó como empleado en este teatro y en el de la Opera como tramoyista (el encargado de realizar los cambios de decoración).
Luego, cuando su actividad artística llegó a hacerlo conocido y admirado, fue amigo de Caruso, Fleta, Ruffo, Gigli, Schipa, Galeffi, Didur, Domiani, Mirassou, entre los cantantes varones, y Claudia Mu-zzio y Gabriella Besanzoni, entre las cantantes mujeres, para no citar sino a los más famosos.
Se conservan fotos de Gardel con Adam Didur y Víctor Damián, y es posible existan otras con muchos de los artistas mencionados.
Tito Schipa, gran tenor italiano cantó en el Teatro Colón en 1913 y 1929, y aquí una anécdota curiosa: Schipa, como cuidado de su voz, comía en ayunas una cebolla de tamaño mediano, y le aconsejó a Gardel que lo hiciera, quien al parecer cumplió con lo indicado. Años después le aconsejó lo mismo a Angel Vargas, ese gran cantor de tangos, y Vargas no dejó de seguir el consejo.
Beniamino Gigli, fue un tenor italiano, que cantó en el Colón entre 1919 y 1948, y aquí la relación con Gardel: Relación amistosa si las hubo, era jugarse unos partidos de bochas a los cuales eran ambos aficionados, eso sí, con un acordeón a mano, para ser acompañados en "canzonettas" (Gigli) o tangos (Gardel). Por supuesto que se admiraban mutuamente.