“La literatura tanguística crea un espléndido catálogo de personajes: el compadre, el maula, la fea, el cachafaz, la loca, el rey del cabaret, la chorra, el canchero, el ciruja, Giuseppe el zapatero, el farabute, la violetera, el patotero sentimental y toda una galería de mujeres con nombres sugerentes: Malena, Muñequita, Milonguita, Margot…
Todos tiene un problema, un drama, un momento feliz o doloroso. A veces es una invectiva, un reproche, un agradecimiento, un recuerdo, una compasión. Cada uno se mueve en su ambiente o en ambiente extraño a ellos, que sirve de contraste. Y de esa manera desfila la ciudad con sus calles, barrios, plazas, circos, teatros -sin perdonar el Colón- el arrabal o el centro. Toda una geografía ciudadana que converge de las orillas del Obelisco.
En la creación de tipos y en la pintura de la ciudad, que determinan una época, residen los principales valores del tango, aparte de los valores emotivos. Contribución inapreciable como documento de seres, lugares y cosas que han desaparecido…”
En la creación de tipos y en la pintura de la ciudad, que determinan una época, residen los principales valores del tango, aparte de los valores emotivos. Contribución inapreciable como documento de seres, lugares y cosas que han desaparecido…”
(Fuente: Tango - mito y esencia, Tulio Carella)