La Milonga urbana
La Milonga integra la expresión local campesina, de viejo arraigo, inicialmente cantada, aunque luego tuvo coreografía. Fue adaptada para incluirse en obras teatrales por fines de 1880. Cuando la milonga se tornó bailable, los músicos al ya no estar sujetos a la letra, la estilizaban continuando un curso que devino en tango, como las montevideanas, “Pejerrey con Papas” y “La Estrella”. Sus antecedentes: en el Siglo XVI la Zarabanda, en el XVIII la Tirana que en Cuba se convirtió en Guajira, regresó a España, se aflamencó y convertida en Habanera arribó a Buenos Aires hacia 1830. Hacia 1870 cantada por payadores (payar, improvisación rimada de los gauchos) que las entonaban como coplas patrioteras o de esgrima verbal entre ellos. La milonga primitiva era campera, la nueva en 2x4 es más sandunguera, más movida que la de cantar en verso con aire de habanera.
La primitiva tenía a la guitarra como su instrumento y la segunda al organillo y al bandoneón. En 1883 el "Tango No 1" de Jorge Machado delata la influencia de la Milonga. Aunque hay quien afirma que es un género distinto para la gran mayoría La Milonga es el elemento más definido y contributorio del Tango Argentino. En 1890 “El Llorón” nació milonga y luego convertido a tango, hacia 1905 Francisco Canaro ya lo interpretaba y declaró alguna vez “El primer tango que aprendí a tocar de memoria fue "El Llorón" de autor anónimo. El Llorón fue partido y sus diferentes partes fueron usadas en diferentes tangos de Juan Maglio, Radrizzani, Arolas & Firpo, Mendizábal, Gobbi, Villoldo, Larralde, Latasa, etc. La Milonga lenta y campera con guitarra o pícara, rápida y arrabalera con bandoneón y viola es vital, evoca marcialidad, gallardía en los hombres que la bailan, "al piso", con movimientos de cadera a diferencia del Tango en que mas bien usan el quiebre de cintura pero manteniendo el centro de gravedad al mismo nivel. ¡Bailar Milonga y sonreír abate el miedo, tira lejos la inquietud y, por supuesto, vence la melancolía!
EL Tango Andaluz
Al tango primitivo se le ubica en Cadiz a fines del Siglo XVIII como habiendo venido de Cuba y traído por los comerciantes de América. En 1810 los franceses invaden Cádiz. En 1811 bombardean la ciudad con granadas de cañón que no explotan. Los lugareños sacan las barritas de plomo de las bombas y las mujeres empiezan a usarlas para sujetar sus peinados de “tirabuzón” de ensortijados caireles y nace una copla con música de tanguillo que dice: “Con las bombas que tiran/ los fanfarrones/ se hacen las gaditanas/ tirabuzones”. Se considera que el Tango andaluz llega al Río de la Plata aproximadamente en 1870 con numerosas versiones musicales que se modifican total o parcialmente, incluyéndose además en algunas obras representadas.
EL Tango Afro-Cubano
El Tango Criollo
En 1854 la zarzuela hispana fue introducida en Buenos Aires y Santiago Ramos, cantautor, guitarrista y actor, cantó un tango de temática negra en la adaptación del drama La Cabaña del Tío Tom en julio de 1856 en el Teatro Argentino. El mismo Ramos compuso el tango con letra de carácter criollo titulado “ Tomá mate, che” “Tomá mate, tomá mate, che/ que en el Río de la Plata/ no se estila el chocolate” y lo interpretó en El Gaucho de Buenos Aires en el Teatro Victoria el 22 de octubre de ese año. El tango criollo sonaba por aquellos días muy andaluz.
En 1865 se compone “Una negla y un neglito” para un grupo de jóvenes aristócratas que en carnaval aparecían con los rostros tiznados. La repetición obsesiva de algunas notas sugiere una pieza africanizada pero que presenta rasgos de Andalucía. Como género de moda el tango fue llevado a los burdeles donde también se bailaba. La proliferación de estos sitios se debió a la gran afluencia masculina de inmigrantes que venían a “hacer la América”. El tango se había convertido en música culta antes de que acabara el Siglo XIX pero el ambiente al que fue confinado provocó el rechazo de las clases alta y media, por considerar pecaminosas las melodías por las procaces coplas cuyas letras fueron adaptadas a las preocupaciones del lenocinio (¡Qué polvo con tanto viento! "Sacudime la persiana" "Dejála morir adentro").
En 1865 se compone “Una negla y un neglito” para un grupo de jóvenes aristócratas que en carnaval aparecían con los rostros tiznados. La repetición obsesiva de algunas notas sugiere una pieza africanizada pero que presenta rasgos de Andalucía. Como género de moda el tango fue llevado a los burdeles donde también se bailaba. La proliferación de estos sitios se debió a la gran afluencia masculina de inmigrantes que venían a “hacer la América”. El tango se había convertido en música culta antes de que acabara el Siglo XIX pero el ambiente al que fue confinado provocó el rechazo de las clases alta y media, por considerar pecaminosas las melodías por las procaces coplas cuyas letras fueron adaptadas a las preocupaciones del lenocinio (¡Qué polvo con tanto viento! "Sacudime la persiana" "Dejála morir adentro").